Clase media
I
En la Venezuela de ayer,
la clase media,
cuan fronda y vergel,
día tras día,
iluminaba el amanecer.
II
De dignas familias,
su esencia provenía.
La descendencia
aprendía,
escalaba peldaños
ganados en libertad.
III
Su genuina identidad,
opima y floreciente,
alba de la democracia,
labraba su agenda
feraz y ferviente.
IV
En pleno albedrío,
sabía que hacer
y a donde ir.
En ciudadanía,
disfrutaba
el justo vivir,
y si no lo tenía,
insistía conseguir.
V
Navegaba en aguas
serenas o turbulentas,
saliendo a flote
de cualquier manera.
Así nadara
contra la corriente,
superaba escollos
sin detenerse.
VI
Con sus derechos humanos,
erguidos y respetados,
anhelantes y constantes,
alta calidad de vida,
se mantenía de pie,
siempre campante.
VII
Ante las dificultades
su lucha inmanente,
lograba superar
momentos inclementes.
Nunca se detenía
y su lid por la gente,
era égida y guía.
VIII
Que padecían problemas?
Por supuesto!
Más su afán era creciente,
alcazando reivindicaciones
y una existencia decente.
IX
En una oportunidad
tocaron a su puerta,
la pobreza y la tiranía.
Entraron y se instalaron.
Minaron su estabilidad,
acediando su vitalidad.
X
Hoy la clase media
es una fachada,
una vetusta casa,
cundida de hambruna,
sin luz y sin alimentos,
una pela ruda,
un hondo tormento.
XI
La clase media
referencia social,
que del ascenso vertical
fue al descenso sepulcral,
ahora es proletaria
y depauperada,
en terapia intensiva,
pero no desahuciada.
XII
En Venezuela
y en el mundo,
la clase media dispersa,
busca derechos y anhelos,
con entereza.
XIII
Aquí o en la diaspora,
padece la crisis,
buscando sin descanso,
el esquivo remanso.
IXV
La menguada clase media
no se rinde,
exhala esperanza
en la pobredumbre.
Se levanta, combate
y no sucumbe.
XV
Brisa victoriosa
que no se detiene,
resopla airosa
en la oscuridad,
tras la gloria.