Venido desde hemisferios alternos
llegado sin ningún tipo de duda
ser bastardo antes de nacer
-después de haber nacido-
Los panes bajo el brazo no existen más
las luciérnagas dejan de ser contempladas
nos servimos de una estrella muerta
somos nuestro propio refugio
Alguna rareza se nos es atribuida
calculamos el ondular de las olas
y no sabemos si saltaremos desde aquel acantilado
nunca aprendimos a tolerar porque no lo hicieron con nosotros
Andamos por un sendero sin signos ni señales
la autoridad se nos ríe si exigimos algo de certeza
solo una voz inventada nos entiende
pero las voces no pueden ser más caricias
El tiempo nos escupe en la cara
y nuestras manos son exclusivamente una herramienta
un instrumento para el capricho de alguien
ya no queremos ser ni adultos ni niños
Si de noche oímos pasos, estos nos alteran
nuestro sueño es despertar con los ojos cerrados
retroceder nunca, solo dejarnos llevar
deseamos escapar y esta prisión solo se hace grande
Presos en y por la vida
hemos perdido el hábito de rasguñar
y deseamos ser animales salvajes
volar por encima del mar de lágrimas
Y pensamos y pensamos en nuestro nacimiento
si tal vez se avecina otro
uno donde dejemos esta piel y este mundo
donde la miel no sea más veneno
Un cuenco de esperanza representan los abismos
decidiremos llenarlo
cerrando nuestros ojos
impulsados por extremos excesos