En alguna playa lejana
desnuda de amor, sola,
corrió entre arenas,
marcando surcos,
a sus pasos largos,
al encuentro esperado.
¡Tanto tiempo de espera!
¡tiempo de gritar, llorar!
Terminaron las lágrimas,
y los ojos polvorientos,
de nubes de olvido,
volvieron a buscar agua,
para estrenar al encuentro,
de la estrella de su vida.
¡Y aconteció!
¡Vio, lloró, vivió!
¡Revivió su alma solitaria!
¡Renació el amor dormido!
¡Era el fruto de su vientre,
entre sus brazos dormidos!
Las palabras sobraron.
Ocupó su alma, solo amor.
¡Su respirar se aplacó,
su corazón ya no latió,
se llenó de suprema alegría!
y al momento la pausa;
Eres mi hija, mi vida, mi alma.
Y no volvió a llorar,
¡Esperó que su corazón,
aguantara tanta emoción!
¡Era vida, vida y vida!
18/05/2023