Te lo contaré a ti, si, a ti que lees esto, te contaré que…
La tristeza ganó pero él sigue aquí…
La tristeza se vistió de gala, de fiesta.
Toco la puerta de mi alma,
me sedujo, me fui con ella, me dejo en un trance
…. Entre la vacía realidad.
Ella no me dijo a donde íbamos,
De hecho no sabia que hacer…
Aun lo recuerdo, la noche era oscura, profunda, solitaria, tenebrosa…
Y yo, aun sin entender.
Ellas dos se debatían, la tristeza se imponía,
Pero la desesperación tomo un lugar
Yo no sabia si gritar o
Correr a la calle que queda detrás de la esquina, del último rincón donde habita la esperanza.
La desesperación estaba ganando, me estaba abrazando,
Mas aún, la logre sentir en medio del sin sentido,
Me dijo cruelmente que no me dejaría,
que se quedaría acompañándome toda la noche
Mas tarde la tristeza ganó, se quedó conmigo, y no se ha apartado de mi.
Entre esos segundos que parecían horas, me senté a esperar a ese respetable señor,
El CONSUELO, ese que aunque la tristeza y la desesperación
Estuviera cada una a mi lado, aun así habría un lugar para él,
Y que jugaría un papel importante,
En este obra de teatro de la vida real.
Mientras seis cuerdas melodiosas se movían,
Aquellos labios pronunciaban la gloria en música
Donde el consuelo le robó el puesto al desespero,
Que sin darme cuenta desapareció
entre las calles de un cuerpo sin alma,
……………………………….entre el viento que movía las puertas
Entre los abrazos que ya no están,
Entre las sonrisas que dejaron de existir.
En un momento pensé en ir a la calle donde habita la esperanza
Pero no, simplemente no, porque sabia que la desesperación llegaría de nuevo
Sin embargo, el consuelo estaba ahí, cumpliendo su rol.
Él ha sido el mas fiel, todavía esta aquí a mi lado,
Escribiendo conmigo, él ganó la batalla, aunque la tristeza este firme,
Él, el consuelo, sigue aquí…
Robinson Alaña.