Me asusta mujer,
la frustración que sigue a tu noche,
por el fuerte alcance
de la obsesión que por ti me consume.
Ya que secuestro tu veneno
como un juego perverso y maravilloso
en extraño rito,
no permisible y endemoniado.
Anda vístete
que me haces trizas la mente.
No sea que
perdamos la cabeza nuevamente.
Y es que a veces resulto un idiota
cuando abro la puerta para que te vayas,
y al de pronto te agarro
para acostarnos de nuevo como posesos.
Anda vistete
y deja que te bese,
como el adiós que da un transeúnte
para que se lo quede el aire.
Anda vístete y vete...Si es que puedes