A mis hermanos de sangre
los llevo en mi corazón,
desde el pequeño al mayor,
nada habrá que nos separe;
uno, que ni duda cabe,
el que a todos apoyó;
otro, brillo como un sol,
no hubo fuerza que lo opaque;
ella, que siempre buscaba
un amor de gran valía;
otros, partiéndose el alma,
para rescatar su vida:
todos defienden la casta
de una pareja divina...