El perro vuelve a su vómito.
El puerco limpio a su cieno,
y el corazón salió indómito
en pos de cualquier veneno.
Se olvida rápido el necio
de tu luz y majestad
mas hoy le recuerdo el precio
de abandonar la verdad.
Divertimento y embriaguez
son sus estrellas fugaces,
después con desfachatez
se propone hacer las paces.
Corazón¿qué haré contigo?
No sabes de la importancia
de la lluvia para el trigo
y nadas en la arrogancia.
Cantas en la primavera
y en otoño te entristeces
del nogal esperas pera
y de los perales nueces.
Refrena tus desenfrenos,
cuelga en tu cuello lo que hablo
porque hoy se dicen ser buenos
apologetas del diablo.
¡Corazón, corazoncito!
Atiéndeme este llamado,
escucha lo que hoy te cito
y no olvides quien te ha amado.
W.M®