La savia que tú cuerpo recorre
no enfría tú intenso sofoco
como en la sombra poco a poco;
del verde frondoso el agua corre
en la rivera el entorno socorre;
de tu piel la bruma no espera
el frío que apague tus emociones;
mustia se convierte y desespera
como hirvientes sensaciones;
se altera de tu rostro el color
de cálido estupor se sonroja,
el sol riguroso se antoja
con su aliento causar dolor.