Recuerdo esos instantes
cuando sus manos recorrían
mi cuerpo con caricias desbordantes
y en la oscuridad me palpaban
Éramos solo dos amantes
que deteniamos el tiempo
ella extasiada con mis palabras penetrantes
como el filo de un trompo
Y me invadió la alegría
de tenerla en mi morada
en esos momentos la sentí mia
y la sentí muy enamorada
Su piel grabada en mis dedos
y su exquisita mirada
es el más dulce de los recuerdos
que en mi mente quedó estampada