Carlos Justino Caballero

EL AIRE

 

Estuvo en mi vida, entre soles y escarchas incoloras,

el aire, como habitual amigo que tibio o helado

me hizo sentir que estaba allí con claridad de ermita.

Llegaba al inspirarlo a mis alvéolos, llenándolos de vida

y quitando en paz insomnios con su aliento de campo.

Palabra suave en ese mar de piedras, alzó el tono en viento

cuando se hizo necesario. Y a veces fue silencio.

Entre alboradas y ocasos, no faltó en lo claroscuro

y allí estuvo en mis abismos y en mis cumbres y era

elocuencia necesaria de cuanto me rondaba.

El mismo aire que tocó su rostro y se hizo ondas de su voz,

que me mostró que lo extenso era estéril, si en esa inmensidad

no gritaba la vida reverberando en ecos.

Y me enseñó a sentir cuando rozando mi piel me habló

de su presencia invisible pero cierta.

 

 

De mi libro “De esas letras pendientes”. 2018 ISBN 978-987-763-836-3