Silencios que apreciamos sin ruidos tan furiosos
que alarman nuestra paz en mente tan serena,
espanto de sonidos se vuelcan en la escena
de un mundo que se rinde a tantos bulliciosos.
Furor desenfrenado por turba de graciosos
que dañan al oído con gritos en cadena,
sonido maltratado; en tierra y cielo truena,
sonando a cañonazo al gusto de ruidosos.
Poder de un griterío con ruidos sin censura,
orejas sin defensa, su guerra la padecen
con tantos campanazos sin pizca de dulzura.
La paz de un buen silencio,oídos que se ofrecen,
estelas melodiosas despachan su hermosura
con gusto en su templanza, sentidos lo agradecen.