Caía la lluvia de marzo aquí en esta terraza junto a la mar,
oscurecía la tarde disolviéndose en colores,
los navíos se desdibujaban en el horizonte,
la tristeza azotó fuerte desde donde se perdía la mirada;
la felicidad también,
mezcla de tragos en el alma,
esa vieja historia de la locura,
manía, desolación, angustia, voces.
Se hace la noche atenuándose el dolor,
Debe ser la música de la bruma arrastrándose
por la arena besada suavemente.
Es una tristeza tan grande,
por qué todo es tan triste,
ya la mar ha iniciado su rugir de lobo feroz,
relámpagos, truenos, tiemblo.
Han cesado las voces,
calma,
escucho sólo mi pensamiento,
sereno me recuesto,
mañana huiré de este orate,
ruego por los habitantes del universo,
todos tengan paz, pan, abrigo, dicha, …