Melancólicas notas de piano se imbuyen en mi espíritu,
para mermar de forma dolorosa la voluntad ansiosa.
He de elegir correr millas en vez de kilómetros
pero las distancias no importan dada la cercanía de los corazones.
El silencio me aconsejo el olor a canela y sándalo,
solo para no recordar esa fragancia de chocolate y frambuesa.
Me sometí a saborear lo salado del sudor y las lágrimas,
para motivarme a ya no regresar a los suaves labios carmesí.
Las palabras aprendidas en mi mente y los besos tatuados en mi cuerpo,
me han dejado la agridulce sensación de inexperiencia y gratitud.
A veces recuerdo esa voz y sus consejos, las risas y deseos.
Pero lo que nunca olvidare es esa fuerza y sabiduría
que me fue transmitida con amor entre besos y caricias.
Anoche volví a pensarte, pero solo como buen recuerdo.
Amanecí agradeciendo y escuchando a los ángeles.
Ayer se me olvidaba rezar y meditar.
Hoy mi habitación se opaca con incienso,
mientras con paciencia intento encontrar esa luz en mi mente.
Déjame te amo solo con mis letras, ya no con mente y corazón.
Déjame te pienso solo para encontrar soluciones.
Déjame te siento solo para amarme y amar bien.
Déjame disculparme por ser egoísta.
Déjame agradecerte por 7 meses de evolución y consciencia.