pupykuba
EL HUERTO.
Recorreras con presteza
Vastos campos que circundan
Tu cierto iluso presente,
Pero nunca olvidarás
Los rosales que sembramos
Ante el cielo reverente
Con gran amor en las manos.
Llegaste cual primavera a mi sediento huerto;
Con caricias horticosas abonaste con cariño
A mi corazón desierto, yo admirando tu corpiño
Mientras brotaban las rosas.
Con tus aguas regaste todo el huerto, placentera,
Y con tu piel abonaste el verdor de aquellos días:
Murieron las noches frías, las tardes fueron más bellas, y el huerto re-florecía.