En la rama hay una rosa
y en la otra está un clavel;
la mañana está hermosa,
con su luz color de miel.
Y en el árbol hay un nido
de un pájaro cantor
que a su amada ha construido
para dar su fiel amor.
En la rosa blanca y pura
el gorrión va a libar
de la flor, su dulzura,
¡Y contento ha de volar!
Los jardines más hermosos
pronto han de florecer
con rayos luminosos
que dé el nuevo amanecer.
Y ese canto de los ríos
volveremos a oír
como ríos bravíos
que otra vez se harán sentir.
Y las nubes desde el cielo
volverán a llorar
y el pequeño riachuelo
pronto, pronto ha de cantar.
Y terminaré en la arena
viendo ese inmenso mar
disipando una pena
conjugando el verbo amar.