Leoness

Un susurro mortal

Un susurro mortal

detuvo su camino,

sendero de vida y sangre,

contuvo la respiración

 

Makena volvió y sus ojos chocaron

con el espectro nocturno,

cuyos ojos la penetraban

paralizando sus pensamientos

 

Aquel, entre sombras y reflejos

era su violador ancestral,

en nombre del dios irracional

que invocaba su espiritualidad

 

El guerrero la rodeó y palpó

con la culata del fusil,

la empujo hacia el arroyo

y desenfundó su daga

 

Makena bajo su velo azul

con su túnica polvorienta,

bajó la cabeza y obedeció.

Una ráfaga soltó al guerrero

 

Con los ojos enrojecidos

se cubrió y continuó camino,

no se volvió, pero,

veinte años hace, ¡recordó Makena!