Raiza N. Jiménez E.
Vivir sin ti.-
Atribulada y convencida estaba.
Y tú, tú solo te dejabas amar.
Sí, era yo la que más te amaba.
Buena forma la tuya de estar.
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Hoy ya más tranquila y serena,
pensando en todo lo que vendrá,
me dispongo a llorar mí pena.
Pero sé que, mi alma lo sabrá
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Siento que esta mi gran verdad,
en el hoy, no tiene comparación,
porque es tan solo, una pasión,
que alberga mi triste corazón,
mi única y más evidente claridad.
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Te he amado en años, días y ahora.
Sin pecado alguno, me he sentido,
al saber que solo yo te he querido,
cómo esa que llora, mientras te adora.
-*-
Te doy mil gracias por ofrendarme
de tu tiempo, aquellas bellas horas.
Esas que en éxtasis y placer yo viví.
Juré, con mil deseos de quedarme,
en tu cuerpo que, es eterno frenesí.
-*-
¡Cuando el amor no es de mentira
la mano de Dios, a tu favor, conspira!