Escuchaba una sombra a lo lejos
alumbrando la oscuridad
donde el silencio recorre los laberintos
con sus suaves pasos, como huésped implacable
Me encontré el olvido con sus mortajas de espanto
alerta, son su insomnio desgarrando los matices del alba
recorriendo los pensamientos en amargas horas de quebranto
cantando serenas odas con voces como llantos
Escuchaba el corazón en su latido de nostalgia
con su pulso en calma,
despojándose de los paños funerarios
par dar paso al arrullo de la sangre,
que murmura esperanzas
descendiendo por la garganta
hasta sacudir con firmeza las cenizas en la boca
Los labios descubren un camino, sin olvido
para respirar con osadía el aire de la noche
en donde los cuerpos se enlazan sacudidos por sus sombras
y en la ausencia de luz acarician sus alas tersas
como mariposas nocturnas, buscando la ventana abierta
para dejar volar sus sueños
Los ojos revelaron el silencio, en la noche hipnotizante
sobre los montes angelicales de los senos
dejándolos sin aliento en la umbría
como grutas marinas perennes,
olvidadas del tiempo
El amor venció el olvido
sobre las olas blancas de las sábanas
deshojando la soledad y el silencio
ascendiendo por el talle inmaculado de tu cuerpo
donde germinó y me nutro,
en el lirio blanco de tu vientre