Miguel Ángel Miguélez

La voz del lobo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Estaba casi dormido

cansado de mi trabajo,

con los ojos en relajo,

cuando vino un estallido

dejándome sin sentido;

y era tan fuerte tormenta

que no pude mi herramienta

agarrar entre las manos.

Entonces, verbos livianos

fluyeron de forma lenta

 

 

mientras la luz que palpita

y horada cada jornada

tras silente dentellada

punzaba mi alma contrita;

mientras la sangre, que agita

la quimérica ilusión,

perdiendo toda noción

del tiempo a cada segundo,

me elevó en sueño profundo

brotando del corazón.

 

 

Entonces vi manifiesta

tu figura; y en tus ojos 

se me abrían los cerrojos

de una puerta sobrepuesta

a preguntas sin respuesta.

¿Quién eres tú, que a mí vienes?

- Soy tú mismo, que sostienes

esa lucha sin final

por el bien y contra el mal

que llevamos en los genes.

 

 

 Y... ¿por qué \"me\" veo lobo?

- Yo soy solo una señal

que bajo un vil animal

tus sentimientos englobo.

Pregunta sin miedo, probo

soy y mi nombre es conciencia;

puedo antever tu dolencia,

puedo dar luz al arcano

de que vivir no es en vano

si recordamos la esencia. 

  

 

Escucha aquel albo canto

doblegando las montañas

de deshechas telarañas,

de hurto en sueños de amaranto,

de la luna y del encanto

de la noche, que se escurre

esperando le susurre

verdes notas misteriosas,

que aquieten las procelosas

soledades en que incurre

 

 

con su aullido lastimero,

que es espejo sin reflejo,

que es espina en el pellejo

que le sume en su agujero

y desangra por entero.

 Pero no tiene respuesta,

solo el eco manifiesta

la oscura melancolía

en que muere cada día

de su ocaso, que se gesta

 

 

en las entrañas del fuego

que nace en el ser humano,

que es como el viento solano

que abrasa la flor de espliego

del rencor de su talego

para aquel que lo amenace...

Y, por eso, ahora yace

en el fondo de una sima,

aunque su ser sea cima

sobre la bestia que pace.

 

 

- Y ahora entiendo por qué 

me has venido a perturbar

como lobo al que cazar

se le da por simple fe

en la camada en que esté;

no del vigor que este tenga,

en eso el oso por luenga

fuerza lo supera. Grave

en su jerarquía, sabe

a la solidaridad

darle valor de verdad

sin que su ser menoscabe.

 

- No te equivocas, poeta,

tú naciste con el don

de extirpar la sinrazón

y la palabra es tu meta.

Como al pintor la paleta

le surte cuantos colores

guste para sus amores

y sentires expresar,

en tu lienzo has de plasmar

el juego y los jugadores.

 

 

 

Y sentí en ese momento

que la noche se cernía

sobre mí, mientras el día

se elevaba en un lamento

pues el lobo, como el viento

se perdió en la inmensidad

de la niebla y la verdad

mientras la luz de mis ojos

atravesando cerrojos

penetró en la oscuridad.

 

Aún su voz escuchaba

pero ya no le veía

e insistente me decía:

- Mira a Apolo con su aljaba

caminar hacia occidente

iluminando a la gente

de alta y baja condición;

¿No es acaso el corazón

lo que les mueve a seguir

aunque tengan que sufrir

las saetas y el ciclón?

 

Bien saben que la esperanza

vá más allá del camino

que la uva se hace buen vino

al pisarse con confianza

y que el final nos alcanza

a todo ser por igual,

sea de bien o de mal,

desembocando en remanso

donde tener el descanso

por mandato celestial.

 

- Entonces, ¿no existe infierno?

- ¡Por supuesto! Siempre ha sido

y en tu interior lo has tenido,

pero nunca será eterno

mientras no haga en ti gobierno;

aunque parezca magnánimo

es un estado del ánimo,

o del alma que en ti anida,

así que sigue la vida

y que no cunda el desánimo.

 

Caminando un poco más

llevado del sueño aquel

vi un capitán de bajel

echando la vista atrás.

- Nunca por ti llegarás

me dijo el lobo de mar

- Es de sabios recordar

las rutas que hemos seguido

para encontrar lo perdido

y no dejar de luchar

 

por los sueños que nos mueven,

por los que hemos de partir

cielo y tierra y porvenir;

así los tiempos nos lleven

y las velas, que se eleven

en las olas del amor;

y en el último estertor

saber que todo está hecho,

que tenemos en el pecho

lo que no tiene valor.

 

- Veo que cambias de forma

- Ya te lo dije una vez;

de la infancia a la vejez

en este drama no hay norma,

todo muda y se transforma;

somos carne que se oxida

en la fragua de la vida

y si quieres trascender

no está en tu mano saber

cuál es el siguiente paso,

que aunque parezca un fracaso

es la victoria del ser.

 

Desde la cuna hasta el nicho

vamos captando la esencia

para que nuestra experiencia

no sea un mero capricho;

cuando todo estare dicho

y los páramos en flor

hora es de hallar al Señor.

Él, que nos dio su palabra;

que su esperanza nos abra

las puertas del mismo amor.

 

- El silencio se hizo en mí;

pareció que en las estrellas

iban quedando las huellas

de quienes fuimos aquí

Y el lobo de mar, así

transfiguraba en el aire.

- Mientras tu nao se paire

llegarás siempre a buen puerto

y del fruto de tu huerto

se nutrirán con donaire

 

Es hora de despertar

escribe lo que has soñado;

yo estaré siempre a tu lado

para que puedas hablar.

Te doy voz para cantar

las miserias, la verdad,

el amor y su ansiedad,

la justicia y la conciencia

colectiva, la presencia

de Dios y la libertad.