Con la paloma en el alero
de la tierra venida,
la misma de siempre,
pasé por el aro
aceptando mi sino.
Hola la dije
a su parado vuelo,
paloma de todos los días
que tienes alas
y no vuelas.
Hola
a mi parado reloj,
con dos agujas que se miran
juntas las dos,
a la par para siempre
y sin cuerda
su llave del amor.