es casi imposible rastrearlo
cada signo del zodiaco es
un conjunto de billones de estrellas
estrellas qué abarcan el cielo
de mi parque, de los reflejos
de los pensamientos, de la imaginación más hermosa
y a la paz más compleja
porque las hojas de cada árbol se mecían dentro del corazón del mundo
los recuerdos empezaron a brotar
más y más, y se venían las lágrimas y el llanto cada 2 o 3 minutos
y la bebita caminaba por la cuerda floja de la vida más sonriente y contenta...
¿Que mundo le dejamos a los niños?
¿Haremos cumplir las leyes y romper algunas reglas en la ciudad?
Cada Constelación es trillonigesimamente grande y compleja y las estrellas se mueven y brillan y se expresan libres
Hoy estaba conversando con las dudas, con cada mendigo
con cada empresario, con cada negocio y cada idea nueva que brotaba de la mente/corazón...
Seguí caminando por calles qué desconocía, así en chancletas
y con el presentimiento qué el caos de la vida me iba a regalar esa tarde cosas inefables, una vez mas
........
El espejismo de los corazones
sus dualidades y sin razones
y sus miedos y confusiones
y su la fuerza de la guturalidad y los antepasados qué nos gritaban
qué nos susurraban las mentiras
más dolorosas impregnadas en el tiempo
y las verdades estaban ahí en cada flor
en cada banca
en cada mirada casi eterna
en los desenlaces y nuevas historias
qué se escribían en el cielo de Río de Janeiro, de Jujuy, de las calles de Maracaibo, de las empedradas calles de Arequipa,
de las lágrimas de los hombres
qué habían embellecido el hornato
Desde hace mucho tiempo atrás...
Muchos ya habían perdido la fé
pero la fé es no querer saber la verdad
es dejar que los muertos controlen los semáforos, es odiar el reflejo de los autos y las bocinas
es querer desaparecer para siempre el motor de las motocicletas..
Y ahí estaba la fuerza, la prestancia, las ideas, las verdades que aparecían fugaces desde el corazón del mundo
y del Universo más complejo
qué nadie pueda imaginar....
Los rostros, las piernas, las axilas
las panzas, los cuellos, los amigos
qué llegaban y no veía desde ayer
los pantalones de todos los colores
los sombreros de todas las formas
los ventanales más hermosos
los gritos de los locos más particulares y lindos de la ciudad...
Y hay que sonreír y hay que soñar
y hay que hablar en voz alta (si quieres)
y dejar que la locura se apodere de nosotros,
con una pizca de sentido común
con unas gotas de lógica,
qué bastan para regar el mundo entero durante toda la eternidad....
Y ahí va Richard, caminando dudoso
y esporádico
lleno de preguntas y verdades
por las calles más sinuosas
doblando los tiempos y destruyendo
las monedas de todas las épocas,
encontré a mi amigo
qué había llegado de todas las playas
de los mares de agúas turbias y cristalinas, de los dolores de las mujeres más viejas
y la esperanza de los niños
por saber en que momento de la vida estábamos...
Las estrellas más locas se acercaban a la Tierra a velocidades de vértigo
y se alejaban cuando entrecerrabamos los ojos y los recuerdos
y el presente aparecían por todos lados...
La información era inconmensurable
los libros, páginas de Internet, sucesos, ideas, ideas descartadas
ideas nuevas, ideas que nacían del centro de los parques
de cada corazón insignificante de hormiga
de su trabajo y su ira por saber que estaba pasando...
Y los mendigos sufrían por nosotros
y por perder el tiempo de tal manera
qué sus cuerpos se achicaban
y temían vernos a los ojos
para no robarnos la fortuna del alma
ni nuestros sueños más inefables...
Da amor y recibe amor
da amistad y recibe...
Y recibe.... y recibe....
Las horas pasaban y no entendía tantas cosas
como las guerras del Peloponeso
la ira de Napoleón
o la muerte y vida de Miguel Grau Seminario...
¿Quienes fueron?
¿Quien soy?
debo caminar más para tratar de descifrarlo...
quizás cortar las cabezas de res
o filtrar el pescado de las góndolas
y respirar el aire de los mercados
y ver como vuelan los autos a galaxias
automatizadas, desconocidas
binarias, extensas, tan extensas como papiro egipcio
Las odaliscas más peligrosas
bailan en las arenas eternas del vacío
en el vacío de los agujeros negros
en la lógica despiadada
de las mansiones y sus basurales
neutrales
Los ríos de mi ciudad
son tan hermosos
como la mirada de sus mujeres
y los gritos desesperados de nuestros antepasados
por no divisar las estrellas de las lisuras
o las jergas de la idiosincrasia
de las ciudades
de las ciudades qué nos vieron nacer
Hay dolores tan fuertes
como el zarpazo de la muerte enamorada
qué nos busca en cada esquina
en cada silencio, en cada conversación
en cada eterno retorno