A mi niño de nácar caracolas le he comprado
para enredarlas en su pelo de querubín dorado,
una manta de jazmines para sus sueños perfumados,
rosas rojas para sus mejillas,de color arrebolado
y una colección de pececillos de mil colores decorados,
para sus manitas inocentes un sonajero he preparado
con estrellas y luceros del universo atrapados.
Mi niño de nácar tiene un regazo de madre para acunarlo
unos ojos grandes y rasgados
dientecillos de angelito como tesoro blanqueado
y una risa cantarina que nos tiene enamorados.