Es ser artificiero en prácticas
ante la tesitura de cortar
la vena azul o la roja.
Es un subir al cuadrilátero
en un combate a veinte asaltos
contra un gorila adicto
a los esteroides.
Es saltar al ruedo con una capa
de Supermán.
Es un especialista de cine
repitiendo mil veces la escena
del bombero inmolándose.
Es la jornada intensiva
de un escapista en el pasadizo
de agujeros negros.
Es hacer series de abdominales
antes de vomitar el sable.
Es ponerse una manzana
en la cabeza para que la justicia
demuestre su puntería con el arco.
Es ser peón de la construcción
en un edificio que está
siendo bombardeado.
Es un contrato de prueba
como trapecista en el circo
del alambre al rojo vivo.
Es ejercer de marino mercante
en un navío abordado
por las termitas.
Es coger la baja psicólogica
como deshuesador de serpientes.
Si no tenías la preparación
suficiente, no hubieras aceptado
el trabajo, te dirá tu conciencia
cuando te vea con la mirada
perdida en el laberinto.