El viento,
como un péndulo
cambia la mirada del horizonte.
El espantapájaros,
simula ser habitante
entre la plantación.
Es domingo,
la villa suelta sus habitantes,
fantasmas mágicos
de las casas abandonadas,
un día salieron
para no regresar.
La capilla vacía,
quizás alguna oración,
calla entre el murmullo
de hojas secas.
Las estaciones
no dejan huella.
El grito blanco del invierno,
mantiene su figura erguida
hecha de paja y harapos
como el testigo silencioso
de un pasado,
el canto de los pájaros
despertaba a los habitantes.
Regresas,
a buscar el pasado,
el amor que hoy es un fantasma,
Buscar el pasado es morir un poco,
traer el pasado,
para vivir el futuro,
el dolor, una herida abierta.
Tu pasado, sin saberlo
lo has cambiado de lugar,
ya no es el mismo,
Y tú mañana,
no será el mismo.
Regresas,
tu amor del pasado,
un fantasma mágico,
que se extingue
como el espantapájaros,
que espera la primavera.