Ya te esperaba de nuevo en tu mirada, Aquí no existe el tiempo, no transcurren horas
Puedes tomar asiento, y platicarme lo que más añoras, he de decirte que te extraño y bailo entre tus recuerdos,
Cada noche te regalo un verso y te lo envío con los cuervos, ellos llevan a ti mis mensajes entre lagrimas,
Mientras leo nuestra última partitura y camino entre las animas.
Estamos en un lugar inexistente, aqui yacen todos los secretos entre libros y copas de vino.
No intentes descifrar donde estas, aquí no se siente el dolor, ni el tormento,
Acercate a mi para revivirte y besarte hasta mi último aliento.
Si sientes curiosidad, debes de estar atento, puedo mostraste lo que aquí pasó, antes de tu último argumento.
Afuera yace un árbol de cerezo estático, hace tiempo que el árbol llora y sus lágrimas afloran de un color exótico
Asómate por la ventana, aquí las aves de fuego son más comunes y puedes escuchar su canto,
Al terminar su sinfonía agonizan de su encanto, para después volverse ceniza y renacer de su propio llanto.
De noche es común que salgan las sombras a comer, ellas se alimentan de los sueños destruidos y sentimientos corrompidos.
Aquí se encienden las velas con el viento, y la música suena a la inversa en su desplazamiento.
Luego estamos tu y yo, últimos ejemplares de una energía antigua, Seres duales, dioses independientes, con una mente ambigua.
Entramos en un éxtasis entre puestas de sol cambiantes y lunas con anillos brillantes.
Si deseas puedes quedarte, basta con que pronuncies mi nombre para siempre poder amarte.
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