No hay tristeza en la cabaña
Del todo y nada.
Con niños jugando entre los dormitorios
Al séptimo de caballería.
Y con indios de plástico duro
Apostados
Estratégicamente en cada esquina.
Hoy es 1970, una fecha requetevieja
Que se hace lugar en mi mente
Donde siempre quise una vida
A la altura de la muerte.
Y con muchos acordes
Que vengan a ver
Como termina todo esto.
Son señales de humo
De este vaquero
Que ama todas sus pérdidas
Extraviadas en el pasado.
Y se acomoda
Para ser ceniza de hoguera
Entre dos praderas.