En la gélida mañana de Enero
No se mueve ni una hoja,
no hay ni un pájaro que cante.
En medio de un cielo a medio hacer
La humedad y la bruma centellean
el silencio se busca...
Y da en las piedras de comer al olvido.
Enero marchita, abona...
hiela bajo las plantas
Pero ya la tarde, es de pájaros.
Presentes a sí mismos
Despojados de su voluntad
yendo y viniendo, olvidando...
Esperan en lo alto,
del encumbrado aire
Entre encinas y espinos
cómo crece salvaje el durillo…
No oíste que los pájaros cantan,
Embriagados fuera del azar,
Al efímero florecer
del durillo bajo la helada…
Ore
Acuarela
Autor Ore