Ante todo diremos que se trata de una historia real. Incluso, aunque han pasado ya dos décadas, los protagonistas existen, y si por alguna razón conocen de este relato, seguramente se sentirían maravillados de haber sido partes de lo que vamos a narrar.
Pronto será la boda y no tengo un regalo especial
que sea apropiado para este compromiso familiar.
Busco en todos los comercios y mi menuda economía
no alcanza para vistosos regalos,
Objetos generalmente caros, que con el tiempo,
de adorno no pasarán.
(y quién sabe si en unos años el matrimonio no exista ya…)
Ocurre entonces lo inesperado:
de pronto, en una sencilla vidriera con adornos para el hogar,
un pequeño Juego de Tazas, cada una con su pequeño plato
ocupa un lugar destacado
y me parece espectacular…
La idea que provoca me llega de golpe, con lujo de detalles,
como dictada desde el más allá.
Es verdad que son 4 tazas muy simples,
pero eso es lo principal:
Desde ahora serán un símbolo del amor puro,
sencillo, cotidiano,
como cualquier taza de cualquier hogar.
Lo importante es la historia que les dé un sentido.
(¿No se lo imaginan Uds.? Lo que sigue es lo principal)
Ha llegado el día de la boda y el salón lleno está.
Visitando mesa por mesa, entre saludos y besos
los novios disfrutan de su fiesta
y yo espero el momento de actuar…
En mis manos, una caja pequeña de regalos
Oculta lo que será el más notorio regalo,
¡Y aquí está!
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Hago la presentación en público…
Nunca un regalo de bodas fue tan humilde
y tan espectacular.
Las tazas representan la vida cotidiana de la pareja
y por eso no se guardan como un regalo más:
como todo matrimonio vendrán altas y bajas,
y un día, en los primeros 2 años,
una taza caerá al suelo, y se romperá.
¡Esa es la vida cotidiana, que el matrimonio debe superar!
Y así, entre buenos y regulares momentos,
el matrimonio se recupera, cuando ya los hijos están.
Más, la tradición dice que las tazas restantes
deben mantenerse juntas, hasta el final.
Si al menos han llegado hasta aquí,
jas probabilidades de triunfar son matemática real.
Y como la vida continúa, nuevas dificultades surgirán.
¡Ha caído al suelo la segunda taza…!
Una nueva crisis, quizás más difícil, amenaza un final.
Ha llegado entonces el momento de actuar…
Es el momento en que entran en acción las abuelas,
que conocen muchas historias que pueden ser o no ser,
Pero vale la pena probar…
El juego de tazas ha pasado ya la prueba del tiempo
Ahora solo quedan dos, que mucho hay que cuidar.
Por eso, ha llegado el día de guardarlas en lugar seguro,
Siempre a la vista, pero no para actuar.
Desde su refugio ellas cuidarán del matrimonio.
Y la vida continuará,
Y las aguas subirán en tiempos peores,
Y los nietos vendrán para acompañar la soledad.
Hasta que un día, por ley de la vida,
La muerte los separe,
y más temprano que tarde
su conyugué le alcance en el más allá.
Más no todo habrá terminado:
Esas 2 tazas son el símbolo de una familia,
que a lo largo de décadas ha representado la unidad.
Es por tanto la hora definitiva
de poner ambas tazas en el lugar más especial…
Frank Calle (26/ mayo/ 2023)