Corazón roto,
corazón dividido entre el poder y el querer;
bolígrafo desgastado, roído en un extremo,
con una extraña enfermedad
en los huesos de sus entrañas;
esposado a un viejo papel cuadriculado
plasmador del eterno silencio
ante la gran pregunta de la vida…
Así pasan mis días,
así se desperezan mis noches.