Invisible
Viviendo en los parajes idílicos
llenos de remansos de tranquilidad
titilantes, pero únicos y divinos
tuyo y mío; nuestros.
En gozo, disfrutando de tu sonrisa
como mago en el escenario
has pronunciado palabras precisas
para hacerme invisible
para desaparecerme de aquellos lugares nuestros.
Invisible ante mi felicidad
inexistente en tu vida que daba como mía;
nuestra, nuestra vida.
He desaparecido dentro de esta mortaja
de huesos y hollejo
perdiendo el sentido de los latidos de mi corazón
perdiendo el sentido del camino en el horizonte.
¡Recuerda!
Mi norte eras tu y por siempre hasta mi último aliento…
Te amaré.
Aunque invisible e inexistente sea para ti.
Jesús Pérez Rubí / Andariego
26/05/2023