Geovani

Se vuelven rosas las marĂ­timas arenas.

 

Me llega el tibio calor de tu dulce aliento,

Mientras cantas y tocas para mí un instrumento,

Yo te escucho, estás en tu elemento,

Me haces muy feliz, estoy muy contento.

 

El sol con sus rayos a nuestra ventana se acerca,

Quiere escucharte cantar y la luz acrecienta,

Un coro de ángeles para acompañarte se presentan,

Acompañan tus cantos de amor que a mi alma alimentan.

 

Nos cubren con su pacífico velo,

Que nos acompañen, es menester del cielo,

La habitación se llena con el color de las azucenas,

La tarde se vuelve más hermosa y serena.

 

Das a mi corazón más amor y esperanza,

La dicha de tu dulzura alcanza,

Es todo por ti tan hermoso y bello;

Eternamente quiero estar contigo, ese es mi deseo.

 

Se tornan rosas las marítimas arenas,

Volviendo a las olas más amenas,

El momento nos lleva hasta el delirio,

A un amor eterno, un amor infinito.

 

“Queda en toda nuestra habitación plasmada, el amor que vivimos cada día junto con nuestras almas dibujadas, siempre llevándonos a un hermoso paisaje, donde tu amor y tu vida me compartes.”