José Ángel Pineda

Y eres

La hermosa canción

que se deshace en hilachas,

la suerte brisa de cántaros que cantan,

la quintaesencia de un derroche

sin broches precavidos,

las noches esperando el cuásar blanco

que explota en estrellas de vibrantes colores,

los agujeros obscuros que lo atrapan

todo, por la gravedad contenida, intensa

es la lluvia de meteoros, la esencia

lanza unas manos vacías

al anochecer, al amanecer, al atardecer,

referencias de giros de una atalaya,

el café que amanece y que levanta

los diversos virajes en un mismo instante,

y una sombrilla, y una cúpula, y un refugio;

en espera de una caverna de carnes

y de huesos, y almas, la transubstancia

de lo que se mueve y remueve

en los humos, y en cenizas en polvos

que emergen de las aguas.