No nacerá la mañana, sin el beso extenso, Sin el manantial de fundidos cristales
Recorriendo todo su cuerpo, Brocal de leche y jalea dulce. . Para mis sentidos, el único sentido, Es una duna de fina Luna descansando sobre sus caderas de amapola en celo. Es el perfume que se engendra y se alimenta, Tras los suspiros rojos de su boca. . Y ella me preguntará … ¿En que lugar escondiste las armas? Y un David de fríos desnudos, dirá ¿qué fuiste primero?, ¿poema o caricia?
¿De qué estelas, te dibujaron mis dedos?
.
Ya fuesen de letras o de fuego
Las heridas hondas de su cuerpo
Yo empujé siempre el mismo yugo
Alcancé las mismas semillas
De cielo,
De poema,
De su cuerpo desnudo.
.
Mi única defensa ,
son estos cinco atardeceres sonrojados,
Los silencios malinterpretados de mi boca.
Es la anémona, el pincel múltiple de mi mano
Que le escribe y acaricia , a un mismo tiempo,
único e irrepetible.