Cierro los ojos,
lentamente te pienso
que pena siento ,
solo ver dibujos
con trazos inciertos .
Recorro a ciegas
la historia florida,
de un jardín desecho
donde la flor no anida.
Desnudas las estrofas
que te versaron
se han quedado rendidas,
hiertas y tiesas,
cual paredes de una galería
donde cuelgan lienzos
con pinturas corridas.
Tus labios resaltan
en las mustias fotografías
como para recordarme
que tu me querías
y mis ojos resaltan aún más
en el recuerdo que los mira.
Siento brillar las lágrimas
que corren y suspiran,
Ya no somos nada,
tiras de imágenes
en cámara rápida
de una triste película,
que no quiso ver ni la vida.
Somos ,sí,
un recuerdo callado
que de lejos vacila
el ancia que persiguen
tus canas vencidas
y un dolor ya muerto
sobre mis pupilas.
Los besos se secaron,
el alma no tiembla,
la voz no se mella
las manos no te tocan
y cuando la memoria
a ti se gira.
Ya no duelen
los ecos del no
rebotando de tu boca
a mis mejillas .
Ya no siguen tus pasos
mis piernas derretidas,
y aunque
el olvido no llegue
a dónde no llegó la dicha,
hoy no somos nada;
duelo de tinta fallecida
en un papiro antaño
que nadie sabe leer,
que nadie leería
que nada significa.
Sin embargo la fecha toca
lo que el silencio habita.
Los años pasan ,
el cuadro mal pintado
en la memoria resucita,
y aunque no somos nada,
aún el amor gravita,
como una gota de rocío
cayendo en una hojita
que apenas está mojada
el tiempo de caída.