Adiós otoños
vividos y pasados
ya sois recuerdos.
Desde el invierno
os miro con nostalgia
y ojos nublados.
Es por la lluvia,
me digo en un susurro,
y así me miento.
Y es que el otoño
pasó hace unos años
y quedó atrás.
Con él se fueron
preciosas margaritas
y mariposas.
¡¡Cuánta ternura
de días de verano
y primaveras!
¡Cuántos colores
y embrujos de la infancia
allí murieron!
Adiós otoño,
me digo mientras seco
dos tristes lágrimas.
No volverán
mis ojos a gozarte,
desde este invierno.
Pero estarás
muy dentro de mi alma
aunque estés lejos.
Rafael Sánchez Ortega ©
25/05/23