Por la Claraboya,
No sólo emergen
Los rayos del amanecer,
Las gotas del rocío aplastadas en el cristal;
Asoman las claridades
Y sobre todo,
La oscuridad.
Se suman
Al brindis colaborador.
Pero no es todo,
El todo queda remoto.
Los buenos mensajeros,
Y por tanto,
Sus misivas,
Se suceden sin fin.
Asoma
El pajarillo piante,
El ave fugaz silenciosa
Y los mensajes latentes
De los vientos impetuosos.
Se siente el clamor
De aportaciones nítidas,
Espontáneas,
Con dádivas impagables.
Hablan con energía
De invitaciones,
De entrega,
De colaboración,
De los mejores vínculos…
y…
de esperanza.