Por las calles de la Habana, nuestra amiga mece el mundo. Balanceado sus caderas, con un ritmo sin rumbo.
Por los muros y las puertas se alza un canto profundo. De noches que no tienen dia y mil días de noche juntos.
Por las calles de la Habana las sombras de un errabundo. Canta un canto sin letra, entre dicha e infortunio.
Su hermano olvido sus sueños, el otro se enredó iracundo y un navegante sin mar por la costa encendió un puro.
Por las calles de la Habana mi amiga mece el mundo. Todo se agita y detiene, todo se viste de oscuro.