Ni siquiera Éride osó ejecutar tal improperio
Ni yo en mis proyectos contemplé tal insulto
Porque lejos de lo que proyecté como un ciego tonto
El episodio aquel no fue muestra de éxito alguno.
Tan firme y contundente fue el bofetón recibido
Como clarísimo y certero fue el final mensaje
Y es que, como golpe del rostro en ventanal de vidrio,
Tan solo estrellas y pajaritos vislumbré en el aire.
Inocente yo, planeé mi sensiblero ataque
Y cándidas resultarían todas mis intenciones
Más.. sin embargo, negras; tú las percibiste
Y del mismo modo; tu respuesta negativa diste.
Atrevido, muy altivo y desatinado... al parecer
Fue para tí, lo que yo iluso, quería expresarte
Y en lugar de una propuesta de amor formal
Lo tomaste cual vil y tirana ofensa de mi parte
Y así relato esta intrincada escena
Digna de audiencia de cursis noveleras
Porque si bien, no logré tomarte como pareja
Memorable e intensa resultó ser la experiencia.