Abre la puerta
y deja que penetre
la primavera.
Luz y colores,
esencia con ternura
de la estación.
Brillan los ojos
y bailas las pupilas
con su hermosura.
Y brinca el alma
del niño y del anciano
en los jardines.
El uno juega,
persigue a las ardillas
tan juguetonas.
El otro piensa
en tiempos y en infancias
con primaveras.
Nacen y surgen
recuerdos en presente
como las flores.
Las margaritas
estrenan los botones
tan amarillos.
Sus blancos pétalos
envuelven y acarician
el contenido.
Es como un beso
guardado entre unos labios
celosamente.
Y tú la quieres,
le plasmas en tus versos,
poeta amigo.
Abre la puerta
del alma que suspira
en primavera.
Rafael Sánchez Ortega ©
28/05/23