“Quiero arribar mis labios
hasta el puerto de tus besos,
y que mis ojos sean faro
en la oscuridad del cielo.
Quiero subir a una estrella
y columpiarme en tu pecho
mientras mis manos se enredan
al vuelo de tus cabellos..."
Hojas de Otoño.
PARA…Aída.
Estuve pensando, mientras revisaba algunos papeles,
documentos -en fin- para archivar.
¡Cuánto te necesito….! Sé que te lo he dicho de muchas maneras
al tocar tu cuello con mi dedo pulgar,
o al esperarte cuando salimos, ‘no sé’ a tomar un café,
es posible también cuando nos acompañamos
y caminamos sobre alguna acera, sin nombre tal vez,
(o es lo que menos importa)
Pero la palabra ¡te necesito! Es sólo un contexto
requiere de una mano sobre la mano misma
de un labio apegado a otro labio
-es sencilla la receta-
Dónde estás tú estaré yo
o viceversa
sabes que te necesito cuando te miro caminar a solas
por la calle,
cuando envías algún mensaje a mi celular
con un sencillo texto tan tuyo: Cariño…
una palabra de seis letras
que como lo sabes o lo sospechas la necesito a diario.
Esa es la necesidad de nosotros saber que existimos
cada vez que nos encontramos.