Dejame Ser
el Perdido Universo
hecho Sombras...
Dejame Encender
de Vida a Aquel
Ruiseñor Muerto...
Dejame Ser la Porfía
entre mis Versos...
Dejame oír el Lejano
Canto de Júbilo
de Julieta...
Dejame Ser
el Rústico Mandato
y el Constante Rumor
del Río Color León
que me Mece entre Cunas
y Cánticos Maltrechos...
Dejame Ser
ese Espíritu Errante,
que Surca
el Son de un Bandoneón,
en Notas Mudas y Atonales...
Dejame Ser la Exaltación,
la Fábula, el Cuento,
la Palabra,
que en tu Memoria
y en tu Olvido,
Arde de Gloria...
Muere de Pena...
Arde de Amor...
Y Vuelve a Morir
Mustia,Yerta
y en Armonías Traspasadas
de Espinas
Disonantes...
(Patricia)