Yo estaba ahí como una isla.
Miraban por encima del hombro
la diferencia, el hueco en el rostro.
Miraban con su racismo renovado,
bien visto, legítimo y moral,
clasado en la ingeniería mediática,
habilitado para sancionar y
definirse parte de esto, artífice,
custodio, perro de esto.
Yo estaba ahí como una isla,
en la aridez del nombre
y en la distancia a cuestas
con las preguntas infinitas del desierto.