Muchas son las cosas que podemos hacer día a día, como jugar, cantar, escribir, bailar, etc. Aunque toda acción tiene una reacción, y una reacción a la que no le damos mucha importancia es el desgaste. Hay muchos individuos que pueden contrarrestar este desgaste y seguir en sus actividades, pero otros la manejan de forma diferente, al igual que en un cubo de basura acumulan este desgaste y lo dejan para después, respecto a esto no hay que pensar que lo hacen por ser personas falsas, pero en algún momento este cubo de basura se cae por el suelo y desparrama todos los residuos que almaceno por días o incluso semanas y al igual que archivos dañados en la papelera de Windows, algunos no pueden ser eliminados, ya que aunque son muy antiguos aún lo están procesando en segundo plano, debajo de esa sonrisa y ese, “estoy bien”, pueden haber cosas que no cualquiera soporta y prefiere esconder para no ensuciar el camino de los demás a quienes quiere y admira mucho. No lo hacen por el hecho de mentir, sino porque no desean que ese mal se expanda a personas que solo nos han hecho bien o porque no quieren preocuparlos. Tal vez con lo anterior te hayas identificado mi buen lector, es normal disgustarnos con lo que nosotros vemos como esa mentira de “estoy bien”, pero si esa persona luego de decirte aquello sufre y te dice que realmente no estabas tan bien, no le apuntes con el dedo, y esto se aplica a amigos, parejas y hasta los padres, empatizar con el dolor ajeno no te dará una recompensa, pero si demostrara que en el caos y desorden del día a día le hiciste un espacio en tu corazón para decirle “pues te perdono por mentirme, dime que fue lo que paso”, piensa que esta persona viene corriendo de una avalancha que lo va a dañar mucho, está cansado y no tiene energías para seguir, si le das más importancia al error y lo apuntas con el dedo en vez de ayudar y darle la mano, lo único que estarás haciendo es ponerle una pared justo enfrente, y esta avalancha metafórica de problemas lo aplastara dañándolo hasta que no se pueda levantar más.
Ama a quien puedas amar, juega con quien puedas jugar y comparte felicidad a quien puedas. Siempre estamos a una palabra de caer a abismo, mentir está mal y es un error, pero errar es humano y demuestra nuestra capacidad de mejorar en cada día.
No sé quién nos puso en este mundo ni por qué lo hizo, pero si hubiera sido yo, me encantaría verlos llegar juntos a la meta y que al llegar me pregunten… ¿Lo hice bien?... mirándolo a los ojos y ver a los miles con los que compartió y supero su dolor, yo le diría… sí, fuiste el mejor.