Tus silencios me tienen en pausa
suspendida como celeste entre sus mantos negros
petrificada ante la imprudencia latente de un beso,
¡Mírame, amor! yo soy tu luna que afanosa busca
retornar tu luz, ante mis sombras,
¡Tócame! necesito no ahogarme en este sigilo
no me mudo, estoy a tu lado colándome en tus respiros,
quiero adentrarme tan dentro, de tu propia cavidad ósea,
como la levadura y la harina, crear la existencia del alimento.
Busco el momento, donde el remiendo de mis deseos
llame a saciarse entre mis salitres a tus marítimas costas.
¡Ven!, que aquí, tan sola entiendo y busco deshacerme
de la furia y andar la cercanía del suicidio, tejiendo
entre silencios tus palabras y con las sábanas recordar
en el lienzo de la piel descolorida el pincel de tus caricias.
¡Ven!, que necesito de jilgueros y de grillos que danzan
el estrepitar del que colmabas mis sentidos.