Detente, sal de ti,
párate enfrente tuyo,
como ante un espejo
y obsérvate.
¿Eres humano?
¿Tienes algún valor?
¿Existes?
Luego entra,
y como si estuvieras
nuevamente frente a ti,
observa a los otros.
¿Son humanos?
¿Tienen algún valor?
¿Existen?
Así,
Cuando deambules
por entre la gente,
en ellas
obsérvate a ti,
y si algo vales
dales ese valor,
y si ellos existen,
verás que por ellos
seguirás existiendo
tú.