En mis noches de sueños inciertos,
quiero vivir y amar sin arrepentimiento,
lagrimear en libertad sin sobresaltos,
para que el temor a la vergüenza,
de paso a la liberación y las sonrisas.
Quiero la furia de mi sangre,
buscando entre flores ingenuas mariposas,
colocando sus alas en mis manos,
para hacerlas volar en sutiles versos,
que se expresen emancipados en mis labios,
y reposen inocentes en tu pecho.
Entre mis sueños inciertos y mi lecho,
quiero acariciar el frío de tu espalda,
cantar en tu hombro mis susurros,
rasgando inocente tus vestidos,
saciando mi sed en la fontana de tu piel.
Quiero mis hombros fuertes,
siempre erguidos,
soportando el peso de mis días,
colocando con esperanza la simiente,
en la tierra fértil de mis sueños,
donde broten imágenes y vocablos,
que le den sentido al pensamiento.
En la profundidad abisal,
de mis sueños inciertos,
quiero mi voz gritando en pleno vuelo,
devorando insaciable los temores,
de mi piel cansada por el tiempo,
que revive inocente los juguetes,
y se excite dichosa en el columpio.
Quiero reír y danzar a pleno sol.
Llorar contemplando la montaña.
Soñar con los ojos bien abiertos,
disfrutando el mar recóndito,
besando el horizonte.
Volver al papel con tiernos versos,
que describen el amor sin falsos verbos,
desatando la pasión y la conciencia,
de la caricia que se brinda sin preceptos.