Siempre te mereces un lugar mejor,
despertar con el sol en la cara y soñar ser al menos feliz,
curar los demonios insatisfechos del pecho,
alimentarte de buena energía, de buenas vibras.
Te mereces un lugar mejor,
probar la sensación del cambio,
olvidarte de los miedos que te están estancando,
creer en tu ser, tener fe.
Y dejar el lento camino del odio,
del mal pensamiento,
del desasosiego,
buscar la luna entre tus sueños,
cosechar la calma, ser un horizonte nuevo.
Te mereces un lugar mejor,
que no sea perfecto pero que se asemeje a tus anhelos,
que no sufras en el medio,
que puedas correr, reírte,
apuntar alto y no sentí que la vida era un chiste.
(Te mereces vida)