Cuántas veces disfruté el sabor viril de tus besos,
Y hasta pude saborear tus rincones más secretos;
Sentí tu urgencia de mi, conquistándome por dentro,
En esa danza sensual entre tu cuerpo y mi cuerpo.
Y Me he sentido tan tuya y te he sentido tan mio,
Que cada átomo en mi cóncavo, reclama tu convexo,
Sin ti soy como un desierto sin lluvia, lleno de hastío
Soy mil deseos guardados desbordantes en exceso.
Una letal condena al infierno el haberte amado,
Ni lluvia en mi desierto, ni besos apasionados;
Solo un amor que nació para perderse en el viento.
Amor de lejos, efímero, y como intangible, incierto,
Amor nacido en el alma...Quizá sólo te imaginé.
¿Será que acaso te soñé? ¡quiero dormir otra vez!
Letizia, 31/05/2023