Tengo hambre de vida
tengo hambre de sueños
de salir de este huevo
que me incuba el silencio
de romper la corteza
de ese blanco sudario,
de esta cárcel sin rejas
que me aísla del tiempo,
de extender mis remeras
y escapar de ese cuenco
en que el hoy y el mañana
son un mismo desierto.
Tengo el hambre atrasada
de aventuras, de riesgo,
de luchar por la vida,
de elevarme hacia el cielo,
de bajar en picado
al mismísimo infierno,
planear en sus llamas
y elevarme de nuevo,
de empaparme en las nubes
de luchar contra el viento
de olvidar esta granja
que es el templo del tedio,
de picar de mil frutas
y olvidarme del pienso
con que quieren cebarme
y robarme los sueños.
¡Ya la cáscara cruje
ya termina mi encierro!