Paloma blanca que surcas el cielo…
¡Por qué demoras tu canto que alegre
oía siempre en los campos que verdes
vestían frondas los árboles buenos!
Paloma blanca que cantas al viento…
¡Por qué olvidaste los verdes laureles
y ya no cantas que el pueblo libere
la dura pena que lo tiene preso!
Congoja siento en mi pecho contrito
saber que el canto se te ha marchitado,
pensar que el trino se fue en un suspiro
por ancho mar con el cielo plomizo.
Tristeza siento en mi pecho y lo exclamo,
teniendo claros los sueños que guardo.